
Cuando no siento rabia ni dolor, y tú no estás, entonces es cuando tengo más miedo. Te llamo con un grito que se encuentra en el corazón: la sangre bebiendo la sangre, la herida tragando la herida. Porque tú eres la verdad de la soledad.
Me rodea completamente la oscuridad. Tú eres mi única llama, la única luz para este muerto que recuerda sólo tu nombre.
Llegaste con el viento sobre las líneas de lluvia, con un acorde sostenido de sorprendentes armonías, poder y duración, muy agradable, un canto de aliento y acero, un enorme instrumento de cuerda, canción inmortal en la casa de la noche.
Por eso yo te ruego que des a ese espíritu la forma de la lágrima, para que pueda ir de la nada al dolor, a la Creación, incluso al invierno, incluso a la pérdida.
Yo era como alguien que nunca fue acariciado. En completa derrota llegué a ti. Tú me recibiste con una dulzura que a veces no me atrevo a recordar. Y esta noche voy de nuevo a ti, atrapado en la soledad de mi diminuto dominio. Establece tu ley en este lugar amurallado.
Átame, paz de mi corazón, átame a tu amor. Sin saber adonde ir, voy hacia ti. Sin saber hacia dónde guiarme, me giro hacia ti. Sin saber cómo hablar, te hablo a ti. Sin saber qué coger, me abrazo a ti. Habiendo perdido mi camino, hago mi camino hacia ti. Habiendo ensuciado mi corazón, te entrego mi corazón.
Me rodea completamente la oscuridad. Tú eres mi única llama, la única luz para este muerto que recuerda sólo tu nombre.
Llegaste con el viento sobre las líneas de lluvia, con un acorde sostenido de sorprendentes armonías, poder y duración, muy agradable, un canto de aliento y acero, un enorme instrumento de cuerda, canción inmortal en la casa de la noche.
Por eso yo te ruego que des a ese espíritu la forma de la lágrima, para que pueda ir de la nada al dolor, a la Creación, incluso al invierno, incluso a la pérdida.
Yo era como alguien que nunca fue acariciado. En completa derrota llegué a ti. Tú me recibiste con una dulzura que a veces no me atrevo a recordar. Y esta noche voy de nuevo a ti, atrapado en la soledad de mi diminuto dominio. Establece tu ley en este lugar amurallado.
Átame, paz de mi corazón, átame a tu amor. Sin saber adonde ir, voy hacia ti. Sin saber hacia dónde guiarme, me giro hacia ti. Sin saber cómo hablar, te hablo a ti. Sin saber qué coger, me abrazo a ti. Habiendo perdido mi camino, hago mi camino hacia ti. Habiendo ensuciado mi corazón, te entrego mi corazón.


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