
Estoy cansado de decir siempre casi al mismo tiempo hola,
buenos días y adiós, hasta ningún día.
Quiero llegar para quedarme
a la casa que resista los embates del tiempo y de las olas de
la vida alrededor.
Estoy cansado ya de andar
pero mi sino es llegar para irme vencido por el miedo de los otros,
miedo a aceptar el latido vibrante clamando por la savia que
corre en las venas del aire,
libre.
Quiero encontrar un día otra vida
que camine por mi senda o muy cercana, entre las piedras y los
cactus del río seco polvoriento.
Estoy cansado de buscar incansable el sentido de lo sin sentido
y acabo -otra vez- por poner una nueva meta un poco más allá,
creyendo que algo habrá detrás de la nube de humo que de forma
cambia a cada instante.
Quiero creer que dos almas de niebla y cuerpo pueden aún
derrochar calor a su contacto
construyendo y destruyendo inacabables figuras
que la memoria nunca archivará en la carpeta del olvido.
Estoy cansado, en fin, de haber escrito tantos versos,
versos con trampas al final,
para engañar, para engañarme.
Quiero decirlo fuerte y claro:
allí detrás no hay nada.
Y yo mismo me contesto:
da, otro paso, da, otro ya.
buenos días y adiós, hasta ningún día.
Quiero llegar para quedarme
a la casa que resista los embates del tiempo y de las olas de
la vida alrededor.
Estoy cansado ya de andar
pero mi sino es llegar para irme vencido por el miedo de los otros,
miedo a aceptar el latido vibrante clamando por la savia que
corre en las venas del aire,
libre.
Quiero encontrar un día otra vida
que camine por mi senda o muy cercana, entre las piedras y los
cactus del río seco polvoriento.
Estoy cansado de buscar incansable el sentido de lo sin sentido
y acabo -otra vez- por poner una nueva meta un poco más allá,
creyendo que algo habrá detrás de la nube de humo que de forma
cambia a cada instante.
Quiero creer que dos almas de niebla y cuerpo pueden aún
derrochar calor a su contacto
construyendo y destruyendo inacabables figuras
que la memoria nunca archivará en la carpeta del olvido.
Estoy cansado, en fin, de haber escrito tantos versos,
versos con trampas al final,
para engañar, para engañarme.
Quiero decirlo fuerte y claro:
allí detrás no hay nada.
Y yo mismo me contesto:
da, otro paso, da, otro ya.


No hay comentarios:
Publicar un comentario