domingo, 22 de noviembre de 2009

OLVIDARLO [8]


Cuando la tierra sobre mis cansados hombros pesa más que nunca, cuando desde las profundidades se le oye gemir alzando gritos, algo que antes no estaba aquí ha entrado por el espejo de mi cuarto.

Tiemblan incluso las estrellas. Siento que este ser finalmente llegado a mí viene rebosante de naturaleza, como un animal. Miro hacia el cielo y el azul se me mete por los ojos: estoy bañado en luz, a pesar de que dentro sueña un oscuro bosque milenario, ahí donde vive mi propio ser oculto, ese que anuncia su hambre por las noches, con aullidos.

¿Quién eres, que me atraes? Llevas fuego en la frente, manos de espuma marina o quizás invisible ropa cubierta de andrajos de cielo negro?

Miro al espejo fijamente, me miro a los ojos donde la mirada está tan sola, me interno en el abismo. Me siento desaparecer, ahora que ese ser ha transformado al espejo en río, en un trozo de agua corriente enmarcado y colgado en la pared, indeciso entre ser tiempo o espacio.

¿Cómo podría oponerme a esta fuerza? Se que sin dejar nada, nada por delante; cuando me detenga, al anochecer, el cielo se levantará entre las ruinas; la tormenta llegará como un borracho, tambaleándose, riéndose, tocando una fantástica música rota de organillo, una música capaz de despertar al mar dormido.

Allí estaré yo; llamando. Tal vez sea demasiado temprano, tal vez tenga demasiada prisa por dejarme llevar. Pero espero: en algún momento veré de cerca tu espléndida espalda movediza de astro mal dormido y entonces podrás, de verdad, comprender a mis ojos y mis manos; podrás sentir los pájaros teñidos de rojo que sin cesar renacen y los soles que duermen bajo mi humilde ropa, en el oscuro universo de mi cuerpo; y podrás ver, también, lo que los ojos no pueden, en lo hondo de mi lenta sustancia.

Algo me arrastra hacia ti, pero si tú te volvieras y al tiempo vinieras hacia mí, cantarías a mi tacto como una tensa cuerda de guitarra. Si vinieras hacia mí comprenderías que sólo existimos tú y yo y un único instante profundo. Lo demás, es sólo espuma en el agua azotada por la tormenta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario