domingo, 29 de noviembre de 2009

OLVIDARLO [15]


En el oasis de la vida humana, el árbol del amor se mece al viento. Hay un silencio de cristal. Tus ojos y mis ojos se contemplan y en la quietud crepuscular nos bebemos el alma lentamente, alargando las ganas del deseo.

Cae el sol y se esparce la luz por los cielos azulosos, infinitos y profundos, de forma que tu sombra fina se junta con mi sombra lánguida.

Tu piel tiene un resplandor color de miel y tus pupilas reflejan el agua del mar. Desnuda, en ellas se sumerge mi alma, con sed de amor y eternidad, con deseos inmensos de acabar para siempre con los días lúgubres, esos en que el alma gime bajo el dolor del mundo y acaso ni Dios mismo le pueda consolar.

Siento que a mi corazón dormido y ciego le ha llegado un gran soplo de esperanza. De simas no sondadas subo a las estrellas -yo que era un mendigo cósmico y mi inopia la suma de todos los voraces ayunos pordioseros-, te encuentro y para mi sed tienes agua, alimento para mi hambre, un rincón para mi sueño, la quietud para mi andanza.

Pienso que este cuadro de amor ha salido del fondo de la nada, el más soñado, tan fértil como en mayo el campo, que tiembla de pasión.

Toda tú te vuelvas sobre mí prolongándote fuera del tiempo y suenan tus palabras dentro de mi cuerpo con una intensidad que abrasa
-arda y no queme, sino alumbre todo-

Nos miramos y somos una larga sonrisa a cuatro labios. Nos besamos, y son besos del milagro, hondos -tanto, que llegan a morder al alma- dejando en el contacto, vibrando, la divina forma de la quimera.

Se hace de noche y todo se llena de murmullos, de perfumes y de música de alas, vagan en la sombra húmeda las luciérnagas más fantásticas y tú y yo volamos entre un deshojamiento de románticas rosas de luz, en un olvido eterno, mientras un laúd desgrana su inmortal serenata y llora un violín distante por amor, reina mía.

Volamos, desparramando en el aire matices y fulgores, como si a una señal, desbandados los átomos de todos sus colores, se diluyera en la oscuridad el argo iris para inundar el cielo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario