
No importa el continuo traqueteo de trenes de ida y vuelta
no importa el retumbar de océano en oídos reventando
no importan dioses ni distancias
no importa, de tanto encontrarse, el desencuentro de almas que han sido abandonadas
no importa la lágrima que horada la dura piedra cotidiana
no importa el grito sordo ni la risa desatada
no importa acurrucarse en la vida solitaria del oscuro callejón
no importan los brazos extendidos que no aferran más que el aire vacío de esperanzas
no importa que la fiebre se cebe en los latidos del corazón ahogado en el agobio.
No importa de esto nada importa
si los ojos cansados que se encuentran
sienten que somos importantes.
no importa el retumbar de océano en oídos reventando
no importan dioses ni distancias
no importa, de tanto encontrarse, el desencuentro de almas que han sido abandonadas
no importa la lágrima que horada la dura piedra cotidiana
no importa el grito sordo ni la risa desatada
no importa acurrucarse en la vida solitaria del oscuro callejón
no importan los brazos extendidos que no aferran más que el aire vacío de esperanzas
no importa que la fiebre se cebe en los latidos del corazón ahogado en el agobio.
No importa de esto nada importa
si los ojos cansados que se encuentran
sienten que somos importantes.


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