domingo, 11 de abril de 2010

FRAGMENTOS DEL DIARIO DE UNA MUJER GRIS [6]


- Contigo todo es diferente. El sexo con mi mujer es coito hogareño, limpido, reluciente, coordinado, bien dispuesto, bien regulado, bien etiquetado, bien desempolvado, bien desinfectado, bien medido, cronometrable, parecido a un cromo, mesurable, registrable, reproducible al infinito... coito sin aventura, sin sorpresas, casquete echado a la buena de Dios, simple vaciamiento de las pelotas, fricción de las mucosas, que se podrá contar, que se podrá condensar en una fábula que excluya cualquier extravagancia, porque obedece a un orden lógico y su consumación es fundamentalmente conminación.

- Pero tu mujer espera mucho de las relaciones sexuales, espera comprensión, afecto. Te reprocha que para ti el sexo ha dejado de tener importancia, me lo ha dicho.

- ¿Cómo se puede hacer el amor con pijama, cremas en la cara, cuando acabamos de discutir por cualquier cosa, cuando jamás te dicen "te quiero", cuando nada más terminar sale corriendo a lavarse, cuando siempre dice que tiene sueño...?

- Yo creo que tiene miedo a comunicarte sus necesidades sexuales. Además, le falta capacidad para estimularse a sí misma. Mientras acepte sólo lo que hace el hombre, no es de extrañar que no consiga gozar totalmente. Tœ sabes muy bien que cuanto más me involucro en la bœsqueda de mi propio placer, siguiendo mis propios deseos genitales, en mis movimientos y en la colocación de mi cuerpo, tanto más me acerco al orgasmo. Eso es lo que no termina de ver tu mujer.

- Quizás...

No hay comentarios:

Publicar un comentario